miércoles, 21 de junio de 2017

NARVARTE PESADILLA - Sergio Loo


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108 páginas.

El personaje central de Narvarte pesadilla, parece tan real que no es sencillo soportarlo. ¿Un desquiciado? ¿Una trampa sicológica? Lo que sabemos es que vive en una azotea de la colonia Narvarte y desde allí se vuelve el francotirador de su pasado, y un criminal. Su nacimiento no ha sido bien recibido por nadie: es un exiliado y un raro. María, su compañera en la depresión más viva, es su complemento y su cómplice. Obsesionado por las películas de terror comerciales y demás fantasías monstruosas, este out sider urbano es descrito por un familiar cercano como una mal formación, un comediante trágico y una farsa cercana a la crueldad. Narvarte pesadilla es una novela prematura en la que su autor experimenta opuestas variantes del dolor humano. Deudora de la sátira extrema, el guiñol, el pulp y la critica burlesca, la novela de Sergio Loo fue elegida para publicarse en la primera convocatoria de novela Moho, en 2013. Ahora sale a la luz después de un sinuoso camino. El jurado estuvo formado por Kyzza Terrazas, Rodrigo Márquez Tizano, Jesús Pacheco, Rubén Bonet y Guillermo Fadanelli.



Sergio Loo (1982-2014). 
Escritor, poeta y colaborador de varias revistas y proyectos literarios. Escritor en la revista Moho desde 2006. Otras obras: Claveles automáticos. Harakiri ediciones, Monterrey, 2006. Sus brazos labios en mi boca rodando. Fondo Editorial Tierra Adentro, México, 2007. House. Retratos desarmables. Ediciones B, México, 2011. Guía Roji. Ivec, Xalapa, 2012. Postales desde mi cabeza. UANL, 2015. Operación al cuerpo enfermo. Ed. Acapulco-UANL, 2016.




Fragmento del libro: 

“La historia de María se engarza a la de Sergio mediante un vómito que los unirá para siempre. Y es que María tiene un silencio radiante y el cabello corto. Qué más se le puede pedir. Las ideas claras y la cara limpia. Las ideas enredadas y la cara embrutecida por la cerveza. Es de noche. Trota tambaleante para salir del antro antes de vomitar y lo logra: justo al salir vomita, vomita a propulsión la cerveza, vomita como un verso proyectivo de un vomita poeta de vanguardia que vomita. Pero no hay aplausos. Pero hay policías. Y público. La triste historia de Sergio se engancha a la de María justo aquí, en este charco salpicado de policías.”